jueves, 11 de julio de 2013

América Latina, entre colonia y nación

   La historia parece reflejarse bajo un ciclo, que comienza en un punto y vuelve a colocarse en ese mismo punto; tiempo después. Si se habla del contexto de Independencia de los países colonizados por España, muchos de los cuales pueden compararse con la historia contemporánea de Venezuela y América Latina. Palabras claves como: patriotismo, colonialismo, unión de América, populismo, revolución, libertad de economía; son palabras usadas por los precursores de la independencia y que hoy se ven reflejadas en los discursos de gobiernos venezolanos, argentinos, ecuatorianos, bolivianos, entre otros.

     Si bien, hace falta actos de revolución para liberar a los países de un neo-colonialismo, no es necesario el uso de un resentimiento de clases sociales ni raciales para poder llevar a cabo una nueva forma de vida, las ideas deben estar fundamentadas en la unificación de los habitantes de un país, para que, de esta forma todos juntos ayuden a formar la gran masa necesaria que lleve a los habitantes a una mejor forma de vida, en el pasado se cometió este mismo error, diferenciando a los habitantes entre: indígenas, blancos criollos, pardos, esclavos, negros, zambos, siendo cada raza o clase social enmarcada en pensamientos totalmente distintos que los distinguían a unos de otros. No tenían un concepto claro de lo que realmente querían como nación, sino que, cada quien por su lado buscaba la manera de crear sus propias verdades sin tener similitudes para un fin común.

     Un discurso lleno de odio y resentimiento, mucho menos sin una organización clara y concisa demuestra la falta de habilidades primordiales y necesarias para llamar a las masas hacia la unificación de las personas de un mismo país, de una misma región, de un continente, si bien en épocas de Independencia se cometieron estos errores, la historia debió haber sido la base y marco de referencia para no cometer los mismos errores. No hace falta buscar los puntos que dividen a unas clases de otras sino buscar las que nos unen, un sentimiento de nacionalismo, de amor a la patria, al lugar donde nacemos, y donde hacemos vida. Los países no son de un hombre, de un pensamiento, de un ideal; en cambio son de todos aquellos que hacen vida y forman parte de la cotidianidad, de los que luchan por un porvenir.

     España desde que Cristóbal Colón en 1492 encuentra a América, ignoró lo primordial de una tierra, su idiosincrasia, gente, cultura, también sus dirigentes, nunca pensaron que con el pasar del tiempo los blancos criollos se iban a sentir más americanos que europeos, que iban a surgir intereses de querer llevar las riendas de las tierras donde nacieron, tal cual lo hacían los aborígenes antes de 1492. Cuando se nace independientemente donde sea, aprendes de forma innata a amar y respetar el lugar donde viste luz y allí creciste. Eso llevó a los criollos el querer formar nuevas ideas y propias, sin tener dominio exterior alguno.

     Por otro lado, la idea de una América única y unida viene de los libertadores, líderes de las revoluciones en países como: México, Venezuela, Chile y Puerto Rico, en el caso venezolano vemos a un Simón Bolívar proclamando la necesidad de crear la Gran Colombia, unificar a 6 países y con ello la cohesión de las ideas de diferentes líderes de cada país que la conformaban, siendo los intereses particulares más poderosos que los comunes, por lo que se vio frustrado este proyecto de Bolívar, así como las de otros independentistas de América. Cada región de un país tiene sus propias ideas, culturas, formas de dirigir su gente, y si se hace difícil conglomerar en un país tales ideas, se hace casi una utopía formar naciones gigantes dentro de las ya existentes. Se puede buscar una cooperación entre naciones, pero el buscar un solo dirigente o una sola manera de pensar va más allá de lo que se pueda buscar y desear.

     Anteriormente, no existía entre los pobladores un concepto claro de patriotismo, sino más bien existía un conformismo de ser gobernados por un rey ajeno al país, acompañados por los dirigentes que éste enviaba para representarlo en las colonias de América, los pobladores se conformaban con las leyes que ellos establecían, eran muchos años de la colonización, por lo cual, ya los pobladores de América estaban más que acostumbrados, era una forma de vida que aprendían incluso hasta antes de nacer, es por ello, que cuando los revolucionarios buscaban despertar la conciencia de la patria, cada quién de acuerdo a sus facciones concluía su propio concepto o lo que era peor, aquellos más explotados y marginados como los negros y esclavos, mostraban indiferencia total sobre el tema en cuestión. En cambio se viró ese concepto hacia la libertad, encabezada por los criollos.

     Para la época, lejos de generar la conciencia de patria, se buscó de manera sensata profundizar un nacionalismo que, fue capaz de ayudar a los libertadores lograr los objetivos planteados y de quitar los lazos que ataban a los americanos de España, esa dependencia política, social y económica que no dejaba formar la autodeterminación de las naciones, para tener la libertad absoluta de negociar en los diferentes ámbitos  de un país, con aquellos  otros países que le daban la seguridad absoluta de un progreso y un mejor porvenir. Los criollos exigían tener el manejo absoluto de la administración de su país, independientemente de si se cometieran errores o no, la idea era aprender a tener las riendas, de tomar sus propias decisiones enfocadas en la libertad absoluta de la nación.
     Un hecho determinante, que ayudó a América facilitar su independencia de España, era los problemas que ésta nación enfrentaba con otros países europeos como Gran Bretaña y Francia, desde finales de  la década de 1790 hasta 1810, transformando así aquella fortaleza obtenida, en una debilidad internacional, y a su vez que, descuidaba su colonia americana, hecho que facilita a los nacionalistas formar con mayor arraigo aquellas fuerzas libertadoras para afrontar de manera definitiva y libertar a todos los países americanos casi que de manera simultánea, obviamente no fue un proceso rápido, pero si viable y con resultados a favor de la independencia.

     Los libertadores no temían a la fortaleza española, sino más bien a las diferencias sociales y raciales que estaban enmarcadas en aquella época, temían ser divididos por éstas razones, lejos de querer buscar las semejanzas que tenían los pobladores, la idea de ser libres e independientes. Esas diferencias hubiesen generado un caos que llevarían a los pobladores a crear revueltas, y a su vez el hecho de faltar los respetos a las autoridades y de esta forma se podría haber originado una anarquía, cosa que no llegó a suceder, sino la historia hubiese sido distinta.

     Si un líder con su discurso, no busca la unificación de los pobladores, el buscar las semejanzas existentes dentro de un contexto en el cual vive, en cambio busca dividir, sembrar odio, resentimiento sobre todo el social, no va a lograr una revolución, ni el giro esperado por sus seguidores, va a generar discordias, diferencias muy connotadas, desorden, revueltas, genera la falta de respeto hacia las autoridades empezando por la policial, terminando por los altos cargos gubernamentales y, con ello la gran revuelta que a su vez lleva a la anarquía generalizada.  

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