La
historia parece reflejarse bajo un ciclo, que comienza en un punto y vuelve a
colocarse en ese mismo punto; tiempo después. Si se habla del contexto de
Independencia de los países colonizados por España, muchos de los cuales pueden
compararse con la historia contemporánea de Venezuela y América Latina.
Palabras claves como: patriotismo, colonialismo, unión de América, populismo,
revolución, libertad de economía; son palabras usadas por los precursores de la
independencia y que hoy se ven reflejadas en los discursos de gobiernos
venezolanos, argentinos, ecuatorianos, bolivianos, entre otros.
Si bien, hace falta actos de revolución
para liberar a los países de un neo-colonialismo, no es necesario el uso de un
resentimiento de clases sociales ni raciales para poder llevar a cabo una nueva
forma de vida, las ideas deben estar fundamentadas en la unificación de los
habitantes de un país, para que, de esta forma todos juntos ayuden a formar la
gran masa necesaria que lleve a los habitantes a una mejor forma de vida, en el
pasado se cometió este mismo error, diferenciando a los habitantes entre:
indígenas, blancos criollos, pardos, esclavos, negros, zambos, siendo cada raza
o clase social enmarcada en pensamientos totalmente distintos que los
distinguían a unos de otros. No tenían un concepto claro de lo que realmente
querían como nación, sino que, cada quien por su lado buscaba la manera de
crear sus propias verdades sin tener similitudes para un fin común.
Un discurso lleno de odio y resentimiento,
mucho menos sin una organización clara y concisa demuestra la falta de habilidades
primordiales y necesarias para llamar a las masas hacia la unificación de las
personas de un mismo país, de una misma región, de un continente, si bien en
épocas de Independencia se cometieron estos errores, la historia debió haber
sido la base y marco de referencia para no cometer los mismos errores. No hace falta buscar los puntos que
dividen a unas clases de otras sino buscar las que nos unen, un sentimiento de
nacionalismo, de amor a la patria, al lugar donde nacemos, y donde hacemos
vida. Los países no son de un hombre, de un pensamiento, de un ideal; en cambio
son de todos aquellos que hacen vida y forman parte de la cotidianidad, de los
que luchan por un porvenir.
España desde que Cristóbal Colón en 1492
encuentra a América, ignoró lo primordial de una tierra, su idiosincrasia,
gente, cultura, también sus dirigentes, nunca pensaron que con el pasar del
tiempo los blancos criollos se iban a sentir más americanos que europeos, que
iban a surgir intereses de querer llevar las riendas de las tierras donde
nacieron, tal cual lo hacían los aborígenes antes de 1492. Cuando se nace
independientemente donde sea, aprendes de forma innata a amar y respetar el
lugar donde viste luz y allí creciste. Eso llevó a los criollos el querer
formar nuevas ideas y propias, sin tener dominio exterior alguno.
Por otro lado, la idea de una América
única y unida viene de los libertadores, líderes de las revoluciones en países
como: México, Venezuela, Chile y Puerto Rico, en el caso venezolano vemos a un
Simón Bolívar proclamando la necesidad de crear la Gran Colombia, unificar a 6
países y con ello la cohesión de las ideas de diferentes líderes de cada país
que la conformaban, siendo los intereses particulares más poderosos que los
comunes, por lo que se vio frustrado este proyecto de Bolívar, así como las de
otros independentistas de América. Cada región de un país tiene sus propias
ideas, culturas, formas de dirigir su gente, y si se hace difícil conglomerar
en un país tales ideas, se hace casi una utopía formar naciones gigantes dentro
de las ya existentes. Se puede buscar una cooperación entre naciones, pero el
buscar un solo dirigente o una sola manera de pensar va más allá de lo que se
pueda buscar y desear.
Anteriormente, no existía entre los
pobladores un concepto claro de patriotismo, sino más bien existía un
conformismo de ser gobernados por un rey ajeno al país, acompañados por los
dirigentes que éste enviaba para representarlo en las colonias de América, los
pobladores se conformaban con las leyes que ellos establecían, eran muchos años
de la colonización, por lo cual, ya los pobladores de América estaban más que
acostumbrados, era una forma de vida que aprendían incluso hasta antes de
nacer, es por ello, que cuando los revolucionarios buscaban despertar la
conciencia de la patria, cada quién de acuerdo a sus facciones concluía su
propio concepto o lo que era peor, aquellos más explotados y marginados como
los negros y esclavos, mostraban indiferencia total sobre el tema en cuestión. En
cambio se viró ese concepto hacia la libertad, encabezada por los criollos.
Para la época, lejos de generar la
conciencia de patria, se buscó de manera sensata profundizar un nacionalismo
que, fue capaz de ayudar a los libertadores lograr los objetivos planteados y
de quitar los lazos que ataban a los americanos de España, esa dependencia
política, social y económica que no dejaba formar la autodeterminación de las
naciones, para tener la libertad absoluta de negociar en los diferentes
ámbitos de un país, con aquellos otros países que le daban la seguridad
absoluta de un progreso y un mejor porvenir. Los criollos exigían tener el
manejo absoluto de la administración de su país, independientemente de si se
cometieran errores o no, la idea era aprender a tener las riendas, de tomar sus
propias decisiones enfocadas en la libertad absoluta de la nación.
Un hecho determinante, que ayudó a América
facilitar su independencia de España, era los problemas que ésta nación
enfrentaba con otros países europeos como Gran Bretaña y Francia, desde finales
de la década de 1790 hasta 1810,
transformando así aquella fortaleza obtenida, en una debilidad internacional, y
a su vez que, descuidaba su colonia americana, hecho que facilita a los
nacionalistas formar con mayor arraigo aquellas fuerzas libertadoras para
afrontar de manera definitiva y libertar a todos los países americanos casi que
de manera simultánea, obviamente no fue un proceso rápido, pero si viable y con
resultados a favor de la independencia.
Los libertadores no temían a la fortaleza
española, sino más bien a las diferencias sociales y raciales que estaban
enmarcadas en aquella época, temían ser divididos por éstas razones, lejos de
querer buscar las semejanzas que tenían los pobladores, la idea de ser libres e
independientes. Esas diferencias hubiesen generado un caos que llevarían a los
pobladores a crear revueltas, y a su vez el hecho de faltar los respetos a las
autoridades y de esta forma se podría haber originado una anarquía, cosa que no
llegó a suceder, sino la historia hubiese sido distinta.
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