miércoles, 10 de julio de 2013

Abra Solar, obra de Alejandro Otero

El venezolano Alejandro Otero formó parte de un grupo emergente llamado Los Disidentes en la década de los años 1950 que influenció de manera significativa a las diferentes creaciones luego de ésta fecha. Dedicó en su primera fase artística a la pintura, con el pasar del tiempo experimenta las creaciones más arriesgadas de su carrera como escultor, pero usando materiales en sus construcciones casi nunca usados para este tipo de creaciones.

    Para el año 1982 Alejandro Otero representa a Venezuela en Bienal de Venecia gracias al apoyo del Estado para ese entonces, llevando consigo una gran cantidad de obras creadas por él hasta ese momento, incluyendo el Abra Solar, en una versión maqueta. No fue sino hasta el año 1983 con la ayuda de su hijo Gil Otero recrearon una versión gigantesca de lo expuesto en Italia, creada en el taller ubicado por Fila de Mariches. Un total de 33 mariposas componen la obra, hechas con metal y aluminio. Acompañado con tintes ionizados altamente pulidos, las formas de las paletas cóncavas en los rotores y aspas. La movilidad es el elemento primordial en esta creación sobre elementos estáticos, que da un nuevo sentido en esa materia que el hombre había estado acostumbrado a ver sin movimiento.
     Una de las obras que muestra el giro que dio Alejandro Otero en cuanto a sus creaciones es el Abra Solar, construye con ella un cuerpo estable pero poblado de increíble agitación, en aquel movimiento de increíbles facetas. Para la década de 1990 esta obra sufre secuelas del hampa y ya para el año 1994 no existía las mariposas que le dan una vistosidad a ésta arquitectura. Una década más tarde entre los años 2007 y 2009 se lleva a cabo un plan de restauración donde participan nuevamente el hijo de Otero y el ingeniero Mikel Arbeloa quienes hicieron la obra original, esta propuesta fue hecha por el Centro de Arte la Estancia Pdvsa.

     Cuando se observa la obra así esté estática sin movimiento alguno, pareciera que así lo fuese, que estuviese en constante movimiento, a su vez por el material usado se observa la luminosidad reflejando los rayos del sol, mostrando la grandeza de lo natural con la creación manual.


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