Por: Chacón Kerlin, Contramaestre Gheraldine, González Zoraida, Quevedo Jaime, Rondón Francis
El Estado Islámico (EI) de Irak y Siria, mejor conocido, por sus siglas en inglés (ISIS) ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años, pasó de ser pequeños grupos armados a una de las más grandes y poderosas células extremistas en el Medio Oriente de nuestros días.
El Estado Islámico (EI) de Irak y Siria, mejor conocido, por sus siglas en inglés (ISIS) ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años, pasó de ser pequeños grupos armados a una de las más grandes y poderosas células extremistas en el Medio Oriente de nuestros días.
No es un secreto de Estado, y así lo afirma la CIA en diferentes documentos públicos que, EEUU ha financiado a grupos insurgentes en Medio Oriente, para así usarlos como coartada y argumentar la existencia de peligro para la seguridad mundial y, por supuesto la de ellos -el cual no existe- con el objetivo de: invadir y ocupar territorios en nombre de la paz y democracia. Paz que el propio país norteamericano no aplica a la hora de bombardear poblaciones civiles, violar los derechos humanos, hasta vejar mujeres y niños indefensos. Habría que preguntarse, ¿quién es más peligroso para la humanidad, supuestos extremistas o los Estados Unidos de Norteamérica?
Con respecto a la creación del grupo Estado Islámico no existe pruebas de que EEUU haya sido quien los preparó, para repetir lo que años atrás realizó con el "terrorista" Osama Bin Laden o el ex presidente de Iraq, Sadam Hussein, que después de: financiarlos, entrenarlos, asesorarlos, entre otras. El país norteamericano ideó un plan mediático para mostrarlos ante occidente como un "peligro mundial". El objetivo final de EEUU y sus aliados: Inglaterra, Francia e Israel no era otro más que apoderarse de los recursos energéticos existentes en el país asiático. No extrañaría en lo absoluto que con ISIS el plan de acción se repita, pero con amplificación de países e incluso de más recursos energéticos, puesto que, en la actualidad, la región no solo cuenta con gran cantidad de petróleo, -muy codiciado por EEUU y Occidente- sino que también existe yacimientos importantes de gas natural.
Prueba de los planes de expansión de poder y dominio por parte de EEUU y sus aliados, es que ejecutaron la Operación Libertad Iraquí, se fundamentó bajo la acusación de una “falsa”
existencia de armas de extinción masivas en Iraq. Argumento
que sería desmentido por el secretario de Estado de entonces, el estadounidense, Colin Powell a tan solo
pocos días de la ejecución de Hussein.
Ante esta afirmación, el gobierno norteamericano demostró que el conflicto
bélico contra Iraq respondió
a intereses particulares del Estado norteamericano: petróleo.
Desde años anteriores ha sido EEUU y sus aliados quienes entrenan cientos de personas que forman parte de grupos armados, el objetivo es crear zozobra y miedo en la población. El modo de operación de ISIS ha sido igual que en años anteriores. Con agresividad, actos sanguinarios, los yihadistas ejecutan personas inocentes quienes lejos de buscar conflictos lo que anhelan es calidad de vida con humanismo. De este modo, el camino es más fácil para quienes no tienen clemencia alguna de respetar la vida de personas que habitan en Iraq y Siria, con ello usurpar y sacar provecho en áreas que no poseen los norteamericanos mucho menos los europeos alineados: recursos naturales y energéticos.
El uso de las guerras permite beneficios a ciertos países económicamente hablando, puesto que, las armas que fabrican se venden y usan en los conflictos armados. A su vez, el precio del petróleo ha bajado desde que se inició esta cruzada hacia Oriente Medio, con lo que facilita la actividad rentista de países de alto consumo e importación. No es casualidad que el país con mayor ganancia sea el mismo que genera guerras en otras latitudes con miras hacia su propio beneficio, es el propio Estados Unidos de Norteamérica.
Grupo yihadista mejor conocido como Estado Islámico (EI)
Hace falta un posicionamiento contundente ante hechos que comprometen la autodeterminación, la soberanía de los pueblos y, por qué no, el respeto a la vida misma.
Reconocidas figuras del medio político en el ámbito mundial acusan a Estados Unidos
de infundir una guerra sin sentido en contra del EI sin importar el daño ocasionado
a las poblaciones civiles atacadas. Tal es el caso de Rusia, el ministro
de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov quien afirma “Consideramos que todos los
actos que se llevan a cabo para combatir el denominado Estado Islámico o
cualquier otra organización terrorista, deben respetar el derecho internacional
y, en primer lugar, ejecutarse con el consentimiento de los países en cuyos
territorios se llevan”.